Una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad (Joseph Goebbels)

jueves, 4 de diciembre de 2014

El poder de la estupidez de Giancarlo Livraghi

Basta con encender la televisión para darse cuenta de que vivimos rodeados de estupidez, y los resultados de las elecciones en prácticamente todos los países prueban igualmente que la necedad mueve y dirige el mundo. Sin embargo, nadie parece atreverse a ponerle el cascabel al gato y apenas existen acercamientos al tema, ya sea desde un punto de vista divulgativo o académico. Una de las pioneras en afrontarlo fue la simpar ensayista Esther Vilar, la autora del incendiario El varón domado, que en los años 80 público El encanto de la estupidez, no muy diferente en concepto del libro que nos ocupa aquí e incluso más completo por abordar también el problema de la estupidez en la vida íntima y de pareja; no obstante, se trata de una obra descatalogada y este también interesante y más reciente ensayo de Giancarlo Livraghi, que vio la luz en 2010, puede ser bastante más fácil de localizar para el lector.

Se trata de una obra dispersa, estructurada en diferentes temas y áreas del conocimiento pero pensada para ser leída en cualquier orden, por lo que se puede intuir que es de fácil lectura pero que carece de progresión, limitándose a dar vueltas en torno a unos axiomas básicos, como el principio de Peter o las no tan conocidas leyes de Cipolla, otro investigador de la estupidez humana. Como es natural, el tema es abordado con sentido del humor, lo cual no significa que el autor no sea muy consciente de las dimensiones y la gravedad de un problema frecuentemente subestimado. De hecho, el impacto de la estupidez repercute en todos nosotros y es un error ver el asunto desde fuera cuando todos caemos más de una vez en sus redes.

Se echan en falta ejemplos concretos de situaciones, ideas y comportamientos estúpidos, quedando la duda de si se han eliminado para mayor brevedad del texto o para evitar el autor comprometerse. Pero sí se da un buen número de citas y referencias bibliográficas para quien desee profundizar en el conocimiento de la estupidez.

He aquí un fragmento del libro:

...resulta aún más grave cuando la función básica de una organización es proporcionar ora información, ora entretenimiento. A pesar de las hipócritas declaraciones que afirman lo contrario, son muchas las personas de la industria de la comunicación que creen que el público es estúpido. Consideran que deben adormecer a sus lectores, oyentes y espectadores, como tontos que son, con banalidades en las que priman las noticias superficiales, la retórica pomposa y el sensacionalismo barato.

...En ese círculo vicioso hay una especie de reciprocidad. El juego lo juegan las dos partes; a veces deliberadamente, con mayor frecuencia, no, sino de modo involuntario. Nos tratan como a estúpidos, pero sabemos que los estúpidos son ellos, de forma que veamos cómo podemos divertirnos y entretenernos con la estupidez, porque ahí no encontraremos nada serio; y si lo hallamos, será aburrido o deprimente.

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