Ha-Joon
Chang es lo menos parecido a un perroflauta; es un
economista que declara que el capitalismo, al igual que la
democracia, es el peor sistema que existe con la excepción de todos
los demás, y al que en otro tiempo se habría considerado
políticamente como más próximo a la derecha que a la izquierda
convencionales. Pero, curiosamente, su defensa del capitalismo lo
acaba acercando a muchas posiciones defendidas por lo que la prensa
suele llamar grupos “radicales” o “antisistema”. Y es que,
según Chang, al igual que según otros muchos, lo que desde
posiciones liberales nos venden como dogmas esenciales del
capitalismo tienen en realidad muy poco que ver con la esencia del
sistema capitalista, o al menos tal sistema entendido como un modelo
económico que pueda llevar a la prosperidad, el empleo y la mejora
de las condiciones de vida de la mayoría de la población mundial.
El
autor se cuestiona lugares comunes como que las grandes empresas
estén globalizadas, que estemos en la “sociedad del conocimiento”,
que la economía de un país pueda estar basada en los emprendedores,
que el control estatal impide o ralentiza el crecimiento, o que los
países pobres lo son debido a la supuesta pereza o falta de espíritu
emprendedor de su población. Para Chang las llamadas multinacionales
no son tales sino empresas con una nacionalidad muy determinada; la
economía sigue estando basada en la producción y es un disparate
plantearse el intercambio de información o el desarrollo de patentes
como motor financiero en un país sin tejido productivo; la supuesta
revolución de Internet y las tecnologías de la información no
existe, puesto que la red es poco más que un nuevo medio para vender
y comprar productos y los cambios sociales que ha generado no pasan
por el momento de ser superficiales; el control estatal bien aplicado
favorece el crecimiento, mientras que la desregulación lo impide o
crea burbujas que lo ponen en serio peligro a medio y largo plazo;
los microcréditos y el “emprendizaje” tan de moda ahora pueden
servir para resolver casos individuales y concretos pero es absurdo e
inviable plantear que todo el mundo se convierta en emprendedor
puesto que el capitalismo necesita por definición una mayoría de
población asalariada; de hecho, los países pobres o “emergentes”
lo son porque no existe tejido productivo y la mayoría de la
población está obligada a ser emprendedores; y largo etcétera.
Así
hasta un total de 23 mentiras repetidas hasta la saciedad por medios
de comunicación y políticos en los últimos treinta años, en las
que se basa el modelo que ha llevado al mundo al colapso económico y
que los gobiernos europeos debían haberse planteado antes de
permitir la deslocalización de fábricas con el consiguiente aumento
del desempleo, o al menos plantearse en la actualidad en lugar de
proponer que la solución está en el espíritu emprendedor
individual, el nuevo gran mito de nuestro tiempo.
Más información:
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/13/economia/1326470186.html
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